Gary Smiley, paramédico de materiales peligrosos del Departamento de Bomberos de N.Y.
Las noticias de hoy están llenas de reportes de las enfermedades y las muertes relacionadas con el 11/S entre una variedad de personas, desde los socorristas uniformados que ayudaron con las tareas de rescate y recuperación, hasta los trabajadores de limpieza que descontaminaron los edificios de los alrededores, pasando por aquellos que simplemente quedaron atrapados en la nube de polvo. El duradero impacto del 11/S es bien conocido 16 años después del desastre. Lo que frecuentemente se omite en este discurso es que hay ayuda disponible para los socorristas y los sobrevivientes, muchos de los cuales están sufriendo enfermedades crónicas, debilitantes, y mortales con demasiada frecuencia.
Los socorristas están contando públicamente sus historias con la esperanza de concientizar a la población de que hay disponible atención médica y compensación monetaria para esta comunidad que sacrificó su salud para garantizar la recuperación de la ciudad. Estos socorristas dicen que consideran este programa una bendición y conminan a sus compañeros a actuar e inscribirse en el Programa de Salud del WTC. Este programa proporciona una revisión periódica especializada y tratamiento para una población que sufre de las más de 100 diferentes enfermedades relacionadas con su exposición a los contaminantes derivados del WTC durante su trabajo de rescate y recuperación. Entre estas enfermedades se cuentan los trastornos del tracto aerodigestivo, problemas de salud mental tales como el trastorno de estrés postraumático, la depresión, la ansiedad, y más de 50 tipos diferentes de cáncer. Se está llevando a cabo constantemente una investigación que conecta la exposición de esas fechas con nuevas enfermedades frecuentemente se añaden a la lista nuevos padecimientos. Ante el hecho de que hay más de 7 mil socorristas y sobrevivientes aceptados en el programa, de los que se certifica que tienen un cáncer relacionado con el 11/S, los socorristas buscan informar a otros que están abiertas las inscripciones y que hay disponibles análisis potencialmente capaces de salvar vidas.
Años más tarde, Gary sufrió complicaciones en los senos nasales, lo que condujo a múltiples cirugías de reconstrucción de éstos. Le dio asma, síndrome de disfunción reactiva de las vías respiratorias y enfermedad por reflujo gastroesofágico, todo al mismo tiempo. Como conoce de primera mano la batalla mental y física que los socorristas actualmente están librando, él trabaja con los demás para asegurar que estén informados y en contacto con la atención y la compensación económica que necesitan. “No conozco a nadie que haya estado conmigo el día del derrumbe y que no esté enfermo. Y muchos de ellos han muerto y, muchos, han muerto hace poco, lo cual da todavía más miedo, pues ocurre así años después, y estos compañeros se están muriendo y están contrayendo cáncer. Son estos tipos de cáncer muy agresivos, y a mí me daba miedo ir a hacerme una colonoscopía, y mis compañeros tuvieron que llevarme casi por fuerza. Yo les agradezco todo el tiempo. Es por lo que tenemos que presionar al acercarse la fecha de aniversario, para que los compañeros se hagan sus análisis. Es el mejor regalo que te puedes dar a ti mismo, porque te da tranquilidad mental.”
Smiley reconoce las dificultades peculiares que hay en comunicarse con una población que frecuentemente piensa primero en los demás. “Los socorristas son todos cuidadores, así seas tú un trabajador de la construcción, o de Verizon, o un voluntario; estabas ahí para hacer un trabajo y ahora nos preocupa toda esa gente, y nadie salió de ahí sin pagarlo”. Smiley dice que hablar de esta travesía que fue batallar con las enfermedades relacionadas con el 11/S es una forma efectiva de hacer que la gente por fin entienda lo que está en juego. Smiley perdió su casa, a su familia y a sus amistades mientras batallaba con sus problemas de salud. “No quiero que lo que me pasó a mí les pase a ellos. Tienen que hacerse pruebas. Tienen que hacerse análisis. En este aniversario del 11/S, súmense a mí y a la comunidad de socorristas en la difusión de la buena noticia: que hay ayuda disponible para aquellos que nos ayudaron”.
Para inscribirse en el programa, por favor comuníquese a NYCOSH al 212-6440 x 21, o directamente al Programa de Salud del WTC al 1-888-982-4748.